domingo, 18 de mayo de 2008

Corrupción de Enciclopedia

Encontrado en la enciclopedia WIKIPEDIA, en el link:

http://es.wikipedia.org/wiki/CNEA

Caso de corrupción en la CNEA

Durante Noviembre de 2007 se produjo un escándalo por las denuncias de corrupción en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), suspendiendo de manera "preventiva" y por el lapso de 30 días, según lo establecido en el artículo 57 de la resolución de directorio 42/99, al gerente general de la comisión, Rubén Calabrese y al presidente de la empresa estatal Dioxitek, Santiago Morazzo. Ambos han sido acusados de haber intervenido en una maniobra que posibilitó un desvío millonario de fondos destinados a brindar "asistencia" para terminar la central atómica Atucha II. La CNEA recibió ese dinero para brindar capacitación y apoyo técnico a la empresa que construye la central. Pero decidió tercerizar el contrato y recurrió a Dioxitek S.A., que pertenece a la CNEA en un 99%. Le transfirió para ese fin 6 millones de pesos (aproximadamente 1,9 millones de dólares).[1]

Referencias
Separan a funcionarios del área nuclear acusados de corrupción

Más sobre Atucha II Por Alfredo Losada (Perfil)

Un informe sobre el desvío millonario en CNEA apunta a uno de sus pesos pesados Mientras avanza la causa por el manejo irregular de 6 millones de pesos en el marco del proyecto Atucha II, un nuevo documento menciona como parte de la maniobra al gerente general de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Rubén Calabrese, único sobreviviente de la cúpula de la anterior gestión en el organismo. El informe ya está en manos de la Justicia Federal, luego de una presentación de Ricardo Monner Sans.
Documento. PERFIL accedió a un nuevo paper sobre los manejos de fondos para Atucha II. La crisis que atraviesa la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) por el desvío de $ 6 millones sigue escupiendo documentos. PERFIL tuvo acceso a un extenso análisis de rendición de cuentas interno, que detalla el manejo irregular de esos fondos provenientes del proyecto Atucha II a través de la empresa estatal Dioxitek.
Según señala ese texto –que el 9 de abril llegó al escritorio de la actual presidenta del organismo, Norma Boero–, las operaciones fraudulentas detectadas se realizaron “sobre la base de acuerdos de la Gerencia General de la CNEA con la Presidencia de Dioxitek”. Esto podría complicar al único sobreviviente de la antigua cúpula de la Comisión, el gerente general, Rubén Calabrese.
Lo cierto es que hasta el momento, el único rebote que tuvo el paper de 22 carillas fue que Boero decidió desplazar a su autor cuatro días después de haberlo recibido. El hombre en cuestión es el ex gerente de Administración y Finanzas, Miguel Mazzei. Y entre quienes caminan los pasillos de la CNEA, aseguraron que esta decisión responde a presiones de la Secretaría de Energía, que no tiene mucho interés en que este asunto siga generando problemas. “Creo que es una equivocación. Es una decisión política que no puedo objetar porque proviene de un superior, pero creo que es un error porque se castiga a quien ha hecho mucho por esclarecer lo sucedido: a lo mejor me sacan porque averigüé demasiado”, fue todo lo que dijo Mazzei a PERFIL.
Acciones. El informe, mucho más contundente, ya está en manos de la Justicia luego de una presentación realizada por el abogado Ricardo Monner Sans, y señala que “sobre la base de acuerdos con la Gerencia General de CNEA, Dioxitek realizó distintas contrataciones para la adquisición de bienes y prestaciones de servicios (...) supuestamente relacionados con las acciones” del convenio de colaboración firmado entre ambas para la finalización de Atucha II.
El párrafo apunta directamente a Calabrese, quien ha logrado eludir hasta el momento las citaciones judiciales, y se ha mantenido en su cargo, cosa que no sucedió con el ex presidente de CNEA, José Abriata; su segundo, Carlos Rey; y el ex titular de Dioxitek, Santiago Morazzo. Entre las operaciones detalladas, hay algunas reveladas por este medio hace cuatro meses, como la contratación de un estudio por $ 218.140 con Aladite, una ONG que tiene entre sus fundadores al contador Claudio Callieri, quien se desempeñaba como jefe de Programación y Control de Gestión de Dioxitek.
Este caso y otros nueve detallados por el informe, a partir de las facturas presentadas por Dioxitek, indican que esa empresa debe devolver a CNEA $ 4.599.292, ya que, pese al cambio de autoridades, el dinero no regresó al lugar del que nunca debió haber salido.

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